A los poetas de "Garcilaso", y a
García Nieto en particular, se les ha acusado de olvidarse completamente de la problemática española de la época, de ser cómplices del estado de las cosas porque callaron cuando, quizás, no debieron hacerlo. En los años sesenta, José García Nieto escribió un poema que me parece realmente interesante porque en él quiere dar su visión de las cosas, justificarse si se quiere, y, además, lo hace en la forma del verso libre, huyendo conscientemente del clasicismo métrico que caracterizó sus tiempos de "Garcilaso" en los años 40.
Yo sé lo que es el miedo, y el hambre, y el hambre de mi madre y el miedo de mi madre;
Yo sé lo que es temer la muerte, porque la muerte era cualquier cosa, cualquier equivocación o una sospecha;
Porque la muerte era un accidente en la primavera, una pared contra la ternura, un día con boca de muerte, y dientes de muerte y esperanza mortuoria.
Yo sé lo que es enfermar en una celda, y defecar entre ratas que luego pasaban junto a tu cabeza por la noche...
¿qué me decís ahora los que creíais que sólo me han movido a cantar los lirios de un campo imaginario, y la rosa de papel, y la novia como Dios manda...?
¿qué me decís los que pronto me visteis limpio y peinado, como un niño que quiere llegar con puntualidad al colegio sin que nadie adivine el estrago de su corazón familiar?
Aunque también os digo que todo era hermoso cerca de la muerte menos la muerte misma.
Respirar, y amar de lejos, y morder un pedazo de pan era hermoso.
Y era hermoso que me prepararan un hato de ropa limpia, y que me hiciera llorar el olor que traían las sábanas.
Y todo era como nacer cada día, y cada día era más bello que la propia esperanza,
Y reír tenía un valor más profundo que el profundo pozo de la inquietud, que la oscura caverna de la impotencia...
Gracias, Señor, por haberme dejado sin heridas en el alma, y en el cuerpo, por haberme dado la salida sin odio,
Por no tener lista de enemigos, ni lugares donde llorar por el propio desamparo...
Yo sé lo que es el amor; de lo demás no sé. [...]
José García Nieto,
Memorias y compromisos (1966).
Siempre que leo este poema pienso en lo fácil que es juzgar cuando no se ha vivido, y también pienso que la vida es, probablemente, una mierda se mire por donde se mire.