El Caboclo, que de vez en cuando decide condensar muchas ideas en pocas palabras. Tiene un problema de edad, y es que, para resumir, no se maneja bien con la jerga chatera. De hecho es de la quinta que conoció Internet en pantalla de fósforo verde, y a los emoticones todavía se les llamaba "smileys" en inglés, y, en buen romance, "caretos". Ya digo, a veces decide resumir cuestiones muy complejas por el camino de la lírica [Para cuestiones de valoración estética, canon o gustos, ver manuales de crítica. literaria].
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